Voy a entrarme en la discusión de
la actual situación que enfrenta el alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, militante
de izquierda. Quien se debate entre la investigación de la Procuraduría y la
revocatoria de su mandato.
Es más que relevante su definición
en estos momentos en donde se delibera un punto interesante en la Habana, con
la guerrilla y el Gobierno Santos, como es, el hallar el mecanismo de
elegibilidad y las garantías para que la oposición, más directamente la
beligerancia, democratice sus ideales y entre a la contienda política
electoral, ya sea para gobernar o legislar, o haciendo el control político, sin
las armas a cuestas.
Caso Petro. Preguntas de Piedad Córdoba.
Con organismos de control parcializados, el pecado del Estatuto de Oposición, corrupción
electoral, de que democracia estamos hablando. Quien gana si se va Petro, el
cartel de la contratación, los concejales corruptos o la ciudad. La procuraduría
se ha convertido en una burda herramienta de persecución política de la
izquierda colombiana.
Alonso Salazar: Manifestó que en
primer término debe reconocerse que todos los mecanismos legales previstos en
la democracia deben funcionar, entre ellos la revocatoria del mandato y la
acción de los distintos organismos de control. Más dejó entrever el sesgo político
ideológico de la Procuraduría a la hora de disciplinar en su competencia.
Pero independientemente si se es
de izquierda o derecha, al ciudadano del común, sin ningún interés político
electoral, lo que clama es una pronta solución política con justicia social. Y
valga profundizar sobre que no requerimos en el común denominador ciudadano, más
paternalismo ideológico para imponernos procesos como constituyentes y
plebiscitos que confundan y distorsionen más la incredulidad de la opinión
pública. Esto en referencia a los acuerdos que deben llegar, Gobierno y
guerrilla para finalizar el conflicto interno.
La gran torre de Babel –el difuso
lenguaje político- en donde se está confluyendo la difusa democracia, es que la
ciudadanía en general no se siente representada
idealmente, ni de izquierda ni de derecha, ni de otras corrientes que se
inventen por conveniencia electoral.
De las corrientes ideológicas de
izquierda y de derecha colombiana, han confluido la criminalidad como fin, la
muerte, y de la corrupción como fin, la desesperanza de nuestros pueblos ante
quienes nos gobiernan, nos legislan y nos imparten la justicia. Generalidades.
Prensa. A Dios le gusta ser
claro. Nos entregó los diez mandamientos para que, de manera taxativa,
supiéramos cuáles conductas eran aceptables y cuáles nos condenarían al averno.
Antes era muy fácil escoger entre ser bueno y pecador. No matarás o No
codiciarás los bienes ajenos, por ejemplo, establecían diáfanamente las líneas
rojas que no se podían cruzar. Después, con la intromisión humana, todo se
complicó.
El malestar que existe hoy con la
justicia no viene solo de sus reprochables excesos o de la ineficacia de sus
procedimientos. Tiene su origen en que los jueces le están imponiendo a la
sociedad sus criterios, sus verdades y sus preferencias ideológicas sin contar
con la validación en las urnas. La voz del pueblo es la voz de Dios. Llegó la
hora de que Dios intervenga y nos vuelva a decir qué está bien y qué está mal. Apartes
del columnista, Gabriel Silva.
_Les digo que voy a darles en bendición
el doble de cuanto tuvieron que sufrir. El Señor se mostrará sobre su pueblo,
disparará sus flechas como rayos. El Señor, tocará la trompeta y avanzará entre
las tempestades del sur. Este es un mensaje del Señor acerca de Israel. Yo hago
de Jerusalén una copa de vino que emborrachará a todas las naciones vecinas_.
Profeta Zacarías. Cap. 9 y 12.
Saludo, Julio.