Cuando los hijos de nuestros hijos estén disfrutando las comodidades y el
desarrollo que generan las obras de Infraestructura que hoy se están licitando
y realizando, en nuestras regiones y el país; entonces nosotros sacaremos
nuestro ego ciudadano diciéndoles con orgullo, que ejerciendo nuestras
obligaciones como veedores ciudadanos constitucionales, también, de esta
manera, fuimos gestores para su cumplimiento justo eficaz.
Esto me lo dijo, mi amigo Carlos, después de que ambos habíamos leído en la
prensa local una noticia sobre las mejorías por la vigilancia militar en la Zona Portuaria de
Barranquilla; cumpliendo de esta manera
la alcaldesa de esta ciudad un previo compromiso a esta comunidad.
En seguimiento y en concordancia también a lo que el editorialista de El
Heraldo, viene haciendo referencia con respecto a obras públicas en la ciudad.
Dice esto en sus apartes: Está en marcha un proceso de
modernización de la infraestructura de la ciudad, que es una señal de su
reactivación y de su aprestamiento para ser una ciudad mejor dotada. Hay, en
esa dirección, varias obras en desarrollo y otras cuya necesidad ya está
identificada.
La ciudad ha
venido reaccionando después de varias décadas de estancamiento y letargo, lo
cual hay que asociar a una etapa de nuestra historia en que fuimos terreno
fértil para la corrupción y la politiquería y todo ello se tradujo en la baja
calidad de la administración pública local; aún, en verdad, no hemos dejado
atrás del todo este fangoso lastre, pero desde que hicimos tránsito a la
elección popular de alcaldes y adoptamos la Constitución del 91,
la ciudad ha venido mejorando gradualmente. Eso es objetivamente innegable.
Concluyo con el editorialista.
Pero no muy
lejos de acá, en su área Metropolitana, están las zonas deprimentes de las
áreas de carga aeroportuarias de el Cortissoz. Por el solo hecho de colindar en
su jurisdicción, con uno de los municipios más poblados e industriales y empresariales del país,
Soledad Atlántico. Pero insignia deplorable de la criminal desidia y la
corrupción administrativa pública en competición al grosor del país. En donde
en su propia población no le han podido solucionar sus necesidades en
infraestructuras, menos, lo que colinda en su jurisdicción con ellos.
Este tránsito en la democracia por la elección popular adoptada en la Constitución del 91,
no obstante, acá en Soledad y muchos, para no referirme a la totalidad de nuestros
municipios costeños, Incluido lastimosamente el de mi tierra natal,
Sabanalarga; no han encontrado en el
juego de la democracia para elegir sus propios gobernantes locales, la
herramienta expedita para soñar, y como no decirlo, porque la ciudadanía
barranquillera supo llegar a un milagrito humano en la anterior y la actual administración;
saneadas sus finanzas, por lo menos.
_Por eso dice el Señor: Voy a poner en Sion una piedra, una piedra escogida
y muy valiosa, que será la piedra principal y servirá de fundamento. El que
tenga confianza, podrá estar tranquilo. En esa construcción usaré por plomada
la justicia y por nivel la rectitud_ Isaías, 28.
Debemos ser promotores con plena objetividad, sin sesgo al fanatismo y al sectarismo político y
lo partidista; barranquilleros y los que
habitamos en ella, testimoniar que los milagros por orden administrativo
público, si existen. Por elegir con
responsabilidad y conocimiento a sus gobernantes.
Es una tarea para replicar, en la Región Caribe , primeramente, la cual aporta por
desidia, a un grosor de indignación en las desigualdades sociales en Colombia.
Mientras estamos como veedores ciudadanos debemos atinadamente sufragar democráticamente
con conocimiento público y en la fe. Porque lo que hoy se construya en beneficio
para nuestros descendientes ¡Seamos los presentes también! Beneficiarios.
Saludo, Julio.