Oyéndome el discurso en el podio de
la derrota electoral del candidato presidencial de Venezuela, Capriles, en
donde manifestaba reconociendo el resultado adverso de la contienda democrática
en su país. Pero me alcanzó a sorprender cuando dijo que había que esperar en
los tiempos de Dios, y al mismo tiempo respetaba la voz mayoritaria del pueblo
venezolano.
Gallardía de un buen perdedor;
pero esperanzado en los mejores tiempos, como todo un buen creyente. Yo no
necesitaba saber que religión profesa o no profesa ninguna; solo sentía afinidad
en la fe, en que podríamos, él como político y candidato, y mi dualismo filosófico
armador de una Red ciudadana y cívica; apuntándole a unos tiempos perfectos democráticos,
en donde los hombres de buena voluntad gobiernen pueblos y ciudades con la
venia de una ciudadanía más objetiva. Solo allí y así, podríamos decir: La voz
del pueblo, es la misma de Dios.
Pero es que no se puede hablar de
tiempos perfectos en la democracia, estando achantado, ciudadana y cívicamente
hablando. Como se dice: Hay que saber perder, para corregir detalles,
intensificar labores y, armarse tecnológicamente de una Red comunicativa
constante y fluida y creíble con poder de convocatoria.
Pero es que hay que saber
interpretar los tiempos venideros para nuestra Región Latina, que no son
tiempos para mediocres; porque como también se dice en democracia participativa:
En política, el que no la hace, se la hacen. Y bastante ineptitud y corrupción se
escoge y se elige ¡en la región! Más no todo es desidia y oscuro su porvenir en
esta también olvidada Región Costera:
En otro escenario, el foro sobre
alianzas público-privadas como figura contractual, organizado por la revista
Semana y cumplido el viernes, el vicepresidente de Infraestructura de la
Corporación Andina de Fomento, CAF, dijo que Barranquilla, está de moda, entre
las ciudades latinoamericanas, por sus esfuerzos en política social, y resulta
atractiva en la irrigación de capital productivo y para infraestructura, en
momentos en que la crisis internacional prende alertas en otros destinos.
Recorte de un editorial de El Heraldo.
Prensa. Nuestro papel es siempre
el que corresponde a nuestra naturaleza. No somos un partido político, no somos
una ONG, no somos una institución de beneficencia, sino que somos una comunidad
de fe. Y así vamos a tratar de presentar los que a la luz del evangelio son los
valores fundamentales para lograr la convivencia, la reconciliación y el perdón.
Monseñor Rubén Salazar, presidente de la Conferencia Episcopal, quien dio
declaraciones acerca del proceso de paz actual del gobierno nacional.
_De seguro ustedes saben que son
los que se adhieren a la fe quienes son hijos de Abrahán. Ahora
bien, la Escritura, viendo por anticipado que Dios declararía justa a gente de
las naciones debido a fe, declaró las buenas nuevas de antemano a Abrahán, a
saber: Por medio de ti todas las naciones serán bendecidas. Por
consiguiente, los que se adhieren a la fe están siendo bendecidos junto con el
Abrahán que tuvo fe. Además. Porque el justo vivirá a causa de
la fe. El propósito fue que la bendición de Abrahán llegara a
ser para las naciones por medio de Jesucristo, para que mediante nuestra fe recibiéramos
el espíritu prometido_ 3 Gálatas.
Comulgo con Monseñor Salazar, en
que en la fecha actual en la que vivimos
los colombianos, muy seguramente, con mayores dificultades de otros países de
la Región, de que no podemos ser aduladores o lisonjeros de partido político alguno;
sino que como Capriles le apunta en su fe, a tiempos mejores en Dios. Entonces
entro yo. Como en Una red Cívica Ciudadana. No estando hoy, achantado.
Saludo, Julio.