sábado, 4 de diciembre de 2010

QUE PERDONEN NUESTRA PATRIA

En mi costumbre de tratar de leer a diario para actualizarme y adquirir conocimiento desde un sentido común hasta lo científico. Leía esta semana la sección de la columna de opinión de un Diario local, El Heraldo, en donde, Luz María P. de Palis, una de las columnistas hacía referencia a la conmemoración cultural de los Estados Unidos sobre La Acción De Gracia. Manifestaba ella que existe en nuestra cultura diversificada celebrar sinnúmeros de fiestas, donde también se había adoptado la fiesta de Halloween en vez de La Acción De Gracias, como una manera de reconocer la bondad de Dios y de la vida, y desechar la queja y hacer algo en pro de los menos afortunados.
Recientemente en la Cumbre de la Unión de Naciones Suramericana (Unasur) los presidentes de Colombia y Ecuador restablecían de nuevo las relaciones diplomáticas entre los dos países en un ambiente de cordialidad. El mismo presidente de Brasil, Lula, próximo a dejar el poder y uno de los oradores principales del encuentro, puso como ejemplo el actual clima político en la región entre la diplomacia de Colombia con Venezuela, que como un milagro político, lo determinó.
Se espera -yo por ejemplo- con buenos ánimos que no sea una de las ya acostumbradas del fariseísmo gubernativo de los cuales nos han acostumbrado a ver en la política tradicional en su mito de ser dinámica, esto a manera de justificar cambios para adquirir beneficios personales o partidistas. Seria en verdad, una Acción de Gracias navideña para emancipar la concordia entre los pueblos Suramericanos en pro de su desarrollo integral equitativo en lo económico, lo cultural-ambiental y lo social. Sostenible y creíble. Sería lo más loable para comenzar un nuevo año.
Es menester para quienes vivimos aquí, y hasta quienes leen los titulares de las tragedia manchadas con sangre en la prensa regional que traspasan los niveles de la comunicación internacional, tomar el retrovisor de la historia colombiana sobre nuestra alterada convivencia por un trío conflictivo explosivo antisocial de: Corrupción Pública que se traga lo mal y hasta lo bien puesto de la inversión social. La Guerra fraticida del negocio del Narcotráfico que se extiende a pueblos y ciudades para masificar el microtráfico acribillando a diestra y siniestra al que se les atraviese a su andar, y. La emancipación de las Guerrillas con vínculos y con acciones de terrorismo, incluido el reclutamiento de niños y niñas en el conflicto armado y el vil secuestro. Todos los anteriores ante el escarnio público y al juicio de la ley humana por Lesa Humanidad. Queda entonces, grandes pecados capitales sociales recorridos por perdonar, moralmente, versus, gran recorrido permanente en Acciones de Gracias a manera de restaurar sociedades y comunidades enteras, nuestra patria, primeramente. Si así lo acordáramos, en común acuerdo.
Sabemos los creyentes que Dios tiene su palabra empeñada para salvaguardar la integridad no solamente del creyente a título personal, sino que, es un Dios con capacidad de perdonar toda una comunidad reunida en mutuo acuerdo con decisiones para redimir sus propias necesidades. Es cuestión de emancipar un liderazgo ciudadano que logre eliminar la apatía reinante a causa de un sinnúmero de excusas ya reconocidas. Estimular el Perdón y activar la cultura de Acción de Gracia.
Dícese en 1 Pedro 2, 24-25. Que Jesús de Nazaret llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados. Porque vosotros erais como ovejas descarriadas, pero ahora habéis vuelto al Pastor y Obispo de vuestras almas. Digo que Accionarse en Gracia. No antes. Perdonarse.
Saludo. Julio.